Este Fan Fic es para aquell@s que nos quedamos con ganas de saber más acerca del amor entre Benito y Noelia de la serie "Yo soy Bea": cómo Noelia dejó de resistirse, cómo fue el primer beso, su primera vez, cómo engendraron a su hijo...Como sabiamente dice una gran amiga mía: "Creo que es la mejor forma de celebrar el final de la serie y de recordar los mejores momentos que pasamos en compañía de algunos personajes inolvidables"

viernes, 25 de septiembre de 2009

Capítulo 11: Sustos, cotilleos y reconciliaciones

A la mañana siguiente, el primero en abrir los ojos fue Benito. Estuvo un buen rato sin saber donde estaba, hasta que recordó que lo que había pasado la noche anterior no había sido un maravilloso sueño… Estaba al lado de la mujer de su vida, que aún seguía profundamente dormida abrazada a él.
No sabía que hora era, pero de repente Noelia abrió los ojos y se miraron.
- Buenos días.
- Buenos días… ¿Qué hora es?
- No lo sé.
Noelia se incorporó y miró el despertador de la mesita de noche.
- ¡Joder Benito, que llegamos tarde!
- ¿Sí?
- ¿Pero no estabas despierto? ¿¡Es que no se te ha ocurrido mirar la hora!? ¡Dios!
- Es que estabas muy guapa dormida…
Noelia se levantó rápidamente, fue hacia el baño y en pocos segundos se escuchó el agua de la ducha. Benito siguió tumbado en la cama sonriendo… no sabía cuánto tiempo había estado mirándola dormir, lo único que sabía es que quería ver cada día de su vida al despertarse a esa Noelia recién levantada, despeinada y ojerosa. Incluso a esa Noelia con su punto de mala leche echándole la bronca por algo.
Al rato se levantó de la cama y fue a la cocina para hacer el desayuno, pero su gozo cayó en un pozo cuando vio que en la nevera apenas había comida. Ya le había dicho ella que no era buena cocinera… Fue a la habitación, se vistió, cogió las llaves de la casa y salió a comprar algo para comer.
Mientras, Noelia se duchaba rápidamente agradeciendo cada gota de agua fría que caía en su cabeza. Estaba visto que la edad estaba causando estragos, porque ya no aguantaba las resacas ni el trasnochar como los aguantaba antes. Su cabeza parecía que le iba a estallar, pero aún así no podía parar de sonreír por la maravillosa noche que había pasado. Salió de la ducha y fue a la habitación para vestirse, y para su sorpresa, Benito no estaba allí.
- Benito, espero que ya estés listo y arreglado porque llegamos tardísimo.
Pero nadie contestó…
- Benito…
Salió al salón y tampoco estaba por allí… “No se habrá enfadado por haberle gritado, ¿no?”. Llamó a su móvil pero no contestaba…
Empezó a dar vueltas por el salón pensando en la manera tan brusca con la que había hablado a Benito nada más levantarse, después de haber pasado su primera noche juntos. Y encima después de haberle dicho que estaba guapa al dormir.
- ¡Si es que soy una burra y una bocazas!
Se sentó en el sofá y empezó a pensar en voz alta.
- Claro, se habrá pensado que he pasado la noche con él porque ayer estaba borracha y que hoy ya me he arrepentido, como pasó cuando nos besamos por primera vez… ¡Y normal que piense eso! ¿¡Pero a quién se le ocurre pegarle un berrido nada más despertarme!? Claro, y después de comparar el estar con una borde insoportable a estar con una niña con la que se lleva de lujo y con la que tiene un montón de cosas en común, pues es evidente con quien habrá decidido quedarse. ¡Si es que soy imbécil!
Noelia estaba tan enfrascada en su propia conversación echándose la bronca que ni se había dado cuenta que Benito había entrado cargado con un montón de bolsas.
- ¿Con quién hablas?
- ¡Aaah!
Ambos pegaron un brinco, ella del susto de verle de repente y él por el grito que había dado ella.
- ¡Beni, por qué te has ido!… ¿¡Se puede saber por qué no me cogías las llamadas!?
- Me he dejado el móvil en la chaqueta del traje, y lo tengo en silencio… Es que no había nada en la nevera.
Noelia se dio cuenta entonces de que en las bolsas que llevaba Benito no había ni más ni menos que todo tipo de comida para el desayuno: desde pan de molde, mantequilla y mermelada, hasta cruasanes, pan de leche, magdalenas, y todo tipo de bollería.
- No he comprado café porque ya he visto que es lo único de lo que tenías.
Noelia se levantó corriendo y le abrazó tan fuerte que a Benito se le cayeron todas las bolsas de las manos, y empezó a darle muchos besos en la mejilla.
- Pero bueno, ¿tú no estabas mosqueada conmigo?
- Lo siento, lo siento, lo siento… No quiero pelearme contigo, no quiero gritarte, no quiero que te vayas nunca más.
- No lo haré, te lo prometo.
Se besaron y empezaron a colocar las cosas de la compra.
- ¿Pero cuantas cosas has comprado?
- Las que hicieran falta para tener un desayuno como Dios manda… ¿no dicen que el desayuno es la comida más importante del día? Pues que no le falte de nada a mi princesa.
- Que pelota eres… seguro que quieres pedirme algo a cambio.
- ¿Yo? Para nada… Bueno, sólo que… el desayuno me ha salido por 15€.
- Si ya me extrañaba a mí…


Desayunaron todo lo rápido que pudieron y salieron pitando para Bulevar 21…
Llegaron y antes de entrar, pararon en la puerta.
- Benito… antes de entrar me gustaría hablar contigo de un tema.
- Dime.
- Verás… no quiero que creas que me avergüenzo, ni mucho menos, pero yo creo que delante de los compañeros no deberíamos mostrar lo que sentimos el uno por el otro ni dar señales de afecto, ya que eso podría debilitar el ambiente relajado de trabajo que hay, y tampoco hay necesidad de mostrar continuas muestras de afecto. Sin contar con la confianza que se tomarían los empleados conmigo y la pérdida que supondría del poco respeto que me tienen al saber que tenemos un vínculo afectivo… No sé si me explico.
- Sí… con toda esa palabrería lo que me quieres decir es que ocultemos nuestra relación.
- Es que no lo quería decir así, suena muy brusco.
- No, si yo por mí no hay problema Noe, pero lo que pasa es que toda la peña debe saber ya que hemos pasado la noche juntos… y no jugando al parchís precisamente.
- ¿Y por qué dices eso?
- Pues porque te recuerdo que estuvimos bailando juntos durante toda la noche, nos besamos en mitad de la pista de baile y nos fuimos juntos de allí. Vamos, que se enteró hasta el DJ.
- ¡Mierda! Eso me pasa por beber…
- Pero que no pasa nada, Noe. Si son mas majos que todas las cosas, ya verás como nos dan la enhorabuena y se olvidan.
- Eso espero… no me gustaría tener que aguantar cotilleos a mis espaldas.
Entraron en Bulevar y saludaron a Reme, que les devolvió el saludo con una sonrisa de oreja a oreja. Mientras esperaban al ascensor, Noelia miraba de reojo a Reme, la cual seguía mirándolos con la misma sonrisa. Noelia se acercó a Benito y le dijo al oído:
- Nos está mirando…
- Imaginaciones tuuuuyas.
Llegó el ascensor, ambos se metieron en él y pulsaron el botón con el número 6. Nada más empezar a subir, Reme llamó a la extensión de Julia en “Dirichi”.
- Nena, ¡confirmado! La Bella y el Pelusa han tenido rollito esta noche… ¡Que sí, que acaban de llegar juntos! ¡Y mira las horas que son! Seguro que se han pasado toda la noche dándole al cuerpo alegría Macarena y esta mañana se les han pegado las sábanas… Sí, muy fuerte…
Mientras, Benito y Noelia llegaban a redacción, donde el ambiente estaba muy relajado. Se notaba que la mayoría de los allí presentes habían sido invitados a la boda de Bárbara y Santi, porque sus caras eran dignas del museo de los horrores: ojeras por aquí, bostezos por allá, cabezadas por acá… sin embargo notaron la ausencia de la redactora jefe y el reportero.
Se sentaron en sus asientos e inmediatamente después Noelia empezó a notar que la gente cuchicheaba a su alrededor.
- ¡Benito!
- Dime, prin…
- ¡¡Sshhhh!! No me llames eso aquí… ¿Lo ves? ¡Ya están cuchicheando otra vez!
- ¿Pero qué dices? Noe, te estás volviendo un poco paranoica ¿eh?
- ¡Que no! Que nos están mirando, y cada vez que pasan por nuestro lado se giran y cuchichean…
- Que no cuchichean, que están trabajando como siempre… De verdad, no pienses en eso.
- Como se nota que tú no tienes de qué preocuparte…
- ¿A qué te refieres?
- Pues que a ti te van a tratar como a un héroe por haberte acostado con la directora de marketing, pero a mí…
Noelia se dio cuenta enseguida de la metedura de pata monumental que acababa de hacer.
- Lo siento… No quería decir eso, lo que quería decir…
- No, si has dejado muy claro lo que quieres decir… yo soy un mindundi en esta empresa y no merezco estar con la “señora directora de marketing”. Mensaje captado.
Benito se levantó y fue al ascensor, pero Noelia se levantó rápidamente y se metió con él a tiempo, antes de que se cerraran las puertas.
- Sabes que no pienso eso…
- Pues para no pensarlo bien que lo acabas de soltar… pero que no pasa nada, de verdad, que aquí en la oficina tú por tu lado y yo por el mío como siempre.
- Tampoco es eso, pero lo que no quiero es ser víctima de los cotilleos de esa panda de cotorras.
- ¿Pero es que no te das cuenta de que esos cotilleos van a estar siempre ahí? Y cuanto más lo ocultemos, más se cotilleará… ¿O no has visto que ya nadie habla de la relación de Nacho e Isabel? Y fue un bombazo informativo en su momento.
- A lo mejor es que tengo miedo…
- ¿¡Miedo de qué!?
- De que te despellejen porque estás conmigo… ¿tú que crees que dirían si supieran que estás con la borde, la antipática, la mandona y la insoportable de Noelia?
- Es que a mí me da igual lo que piense la gente… yo sé perfectamente como eres, y con eso me basta.
De repente, Noelia apretó el botón de Stop del ascensor.
- ¿Qué haces?
- Que tienes razón… que no puedo estar toda la vida condicionada por lo que diga o haga la gente. Yo quiero estar contigo y punto… Y a quien no le guste, pues que no mire..
Se fue desabrochando los botones de la blusa que llevaba.
- Noelia…
- Vas a saber lo que es subir bien alto sin necesidad de apretar ningún botón del ascensor.
Se besaron apasionadamente e hicieron el amor en ese ascensor en el que tantas parejas se habían formado.

CONTINUARÁ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario