Este Fan Fic es para aquell@s que nos quedamos con ganas de saber más acerca del amor entre Benito y Noelia de la serie "Yo soy Bea": cómo Noelia dejó de resistirse, cómo fue el primer beso, su primera vez, cómo engendraron a su hijo...Como sabiamente dice una gran amiga mía: "Creo que es la mejor forma de celebrar el final de la serie y de recordar los mejores momentos que pasamos en compañía de algunos personajes inolvidables"

jueves, 24 de septiembre de 2009

Capítulo 10 - Mirada al pasado

[En cursiva: FLASHBACKS]
Finalmente, llegó la hora de irse. Benito acompañó a Noelia a su casa, y al llegar al portal, le invitó a entrar y tomarse la última copa...
La casa de Noelia era más acogedora de lo que Benito se imaginaba. El salón era lo más grande de la casa, y se comunicaba con una pequeña cocina (a Noelia no se le daba bien cocinar). Justo a la derecha de la cocina se encontraba la puerta a su dormitorio, y dentro de él había un pequeño cuarto de baño.
- Bueno… pues esta es mi casa.
- Es muy bonita, sí sí sí…
- Ponte cómodo, voy a por las copas.
Benito se sentó en el gran sofá que había en medio del salón, quitándose la chaqueta del traje que había llevado a la boda. Al momento llegó Noelia con dos copas y una botella de Champán.
- Bueno bueno bueno, que despliegue… ¿Qué celebramos?
- Pues celebramos un montón de cosas.
- ¿Ah sí?
- Sí… celebramos que tus amigos se han casado… celebramos que estamos aquí, juntos… y sobre todo, celebramos que hoy por fin tengo las ideas claras.
- Pues es verdad, sí que hay cosas que celebrar.
Ambos chocaron sus copas y bebieron el champán mientras sonreían.
- Quien nos iba a decir hace unos meses que estaríamos así de bien…
- Pues sí, sobre todo sabiendo cómo empezó todo… ¿te acuerdas?

Benito les cuenta en la cafetería de Bulevar 21 a Marga, Puri y Valentina el plantón de Roberto cuando iba a casarse con Noelia… lo que no sabía es que Noelia estaba detrás suya.
- Benito: Al principio la tía estaba toa feliz: “Ay que bien que me caso, ay que bien que me caso…” Pero luego se le descompuso el gesto, Margarita. Se quedó así…
- Valentina: Eeeh, Beni…
- Benito: ¡No, cállate que estoy explicando la movida! Bueno, es que lo más fuerte de todo, la cara que se le quedó luego… así, como de champiñón mustio. Champiñón pasao, así…
- Puri: Benito, Benito…
- Benito: ¡¡Que no, que me escuches ya, que me escuches de una vez!! Es que es muy fuerte, ¿eh? Porque esa pareja no pega absolutamente nada, porque Roberto es súper simpático, pero ella…
- Noelia: ¿Ella qué?
- Benito: ¿Eh…? Noelia… ¿Qué tal? ¿Llevas mucho tiempo aquí? Has escuchao todo, ¿no?

Ambos se ríen recordando la metedura de pata de Benito.
- Como te pasaste, ¿eh?
- Yo quería que me tragara la tierra, que mal lo pasé…
- Oye, y… ¿es verdad que se me puso cara de champiñón?
- Mustio…
Ella le pega en el hombro de forma cariñosa y siguen riéndose, mientras siguen sirviéndose un poco más de champán.
- Bueno, pero eso no fue nada comparado con lo que pasó después. Para que luego digan que no existe el destino…

Benito y Valentina hablan mientras hacen fotocopias.
- Le dijiste que se parecía a un champiñón, ¿y qué? Si fuera Richard, ahí si habría problemas porque es tu jefe, pero Noelia…
- Bueno, eso es verdad. Por lo menos no tenemos que trabajar juntos…
Noelia sale de su despacho, que se encuentra justo al lado.
- ¡Andaaa! ¿Una nueva reunión de cotorras? No me estaréis despellejando otra vez, ¿no?
- ¡Noo! No no no, hombre no, despellejando no, que va…
Llega Isabel.
- ¿Qué pasa? ¿Algún problema?
- No, que va. Una consultilla sobre software al técnico informático. Ya sabes, cooperación entre departamentos…
- Pues no sabes lo que me alegra que os llevéis tan bien…
- ¿Y eso?
- Por el proyecto de marketing para nuestra web. Me lo ha entregado Noelia y es simplemente brillante.
- Muchas gracias.
- Es más, me ha gustado tanto que quiero llevarlo a cabo ya, y quiero que lo hagáis vosotros dos juntos.
- Eeeh, nosotros dos… juntos dices…
- Sí. Vais a hacer un equipo estupendo, estoy segura…

- Ahí sí que quería realmente que me tragara la tierra.
- Y a mí… recuerdo perfectamente que pensé que trabajar contigo sería un suplicio.
- Gracias, mujer…
Noelia empieza a reírse.
- Pero eso fue antes de descubrir que eras todo un genio creativo… ahí fue realmente cuando empezó todo. Tuviste un exitazo con lo de las lagartijas y los muñequitos parlantes, y me demostraste que eras la mejor persona que había conocido en mucho tiempo cuando me consolaste en el peor momento de mi vida…
- Sentía que tenía que hacerlo. Algo en mí me decía que lo único que necesitabas era que alguien te escuchara. Yo siempre supe que debajo de toda esa armadura había un corazón sensible.
- Pues has sido el único, Benito…
- Aunque en algunas ocasiones no me lo pusiste fácil, ¿eh? Mira que pensar que yo te había llevado al huerto con mis “oscuras artes amatorias”…
Los dos se rieron con ganas recordando a Benito en los servicios de Bulevar en calzoncillos mientras Noelia pedía socorro a gritos.
- Madre mía, si alguien llega a entrar en ese momento me hubiese muerto de vergüenza…
- Es que también, ¿a quién se le ocurre despelotarse en mitad del baño?
- Sólo a mí, sí… pero bueno, al final la cosa se calmó y tú decidiste compartir las mieles del éxito conmigo. Ese es uno de los mejores recuerdos que tengo de nosotros.
- ¿Pues sabes cual es el mejor recuerdo que tengo yo?
- ¿Cuál?
Noelia se levantó y fue hacia la mesita de noche de su dormitorio. Encima se encontraba un extraño pisapapeles. Lo cogió y se lo llevó al sofá.
- ¡No me lo puedo creer! ¡Así que de verdad lo conservabas!
- ¿Qué creías, que lo había tirado?
Benito cogió el pisapapeles en forma de lagartija que le había regalado tras el éxito que habían tenido trabajando juntos.
- Está intacto… hasta parece que reluce.
- Es que le doy un poco de brillo todas las noches antes de irme a dormir… es mi patética forma para no sentirme sola. En cierto modo sentía que tú estabas conmigo, y eso me reconfortaba.
- Pues si tú quieres, no vas a tener que darle brillo nunca más…

- ¡No tienes ningún motivo para estar así, tía! Eres guapa, inteligente, eres una chica elegante… ¿Pero qué más quieres?
- Que por fin alguien acepte a compartir su vida conmigo…

- Sólo tienes que pronunciar las palabras mágicas que para que tu deseo se cumpla…
Noelia sonrió y se acercó a Benito hasta que sus narices casi podían rozarse.
- Benito… quiero que compartas tu vida conmigo.
- Tus deseos son órdenes para mí.
Ambos se fundieron en un apasionado beso mientras sentían como sus corazones se les iban a salir del pecho. Nunca antes habían experimentado tanta felicidad.
Benito cogió a Noelia en brazos y la llevó a su habitación, tropezándose con un puff decorativo que había cerca del sofá. Pese a lo enfadado y nervioso que se puso por no poder evitar ser un patoso hasta en los momentos íntimos, le consoló ver que Noelia se reía y le miraba con ternura. Al llegar a la cama la posó con suavidad, sin dejar de besarla en ningún momento. Tan sólo había tenido una experiencia sexual en toda su vida, y se dejó llevar por Carla Warhol… pero esta vez era distinto. Iba a hacer el amor con la mujer a la que quería, tenía que hacerlo bien. Tenía que ser especial, un momento inolvidable.
Dándole vueltas a todo aquello empezó a ponerse nervioso y tenso. Noelia lo notó enseguida.
- ¿Pasa algo?
- No, no, no, no… no pasa nada.
- Benito, si no estás seguro…
- Sí, sí que lo estoy… ¿Y tú?
- No he estado más segura de nada en toda mi vida.
Se abrazaron con fuerzas, y aprovechando la posición, Benito le desabrochó la cremallera del vestido a Noelia. Al separarse, se lo fue quitando dejando al descubierto el cuerpo más bonito que había visto en su vida. Ni Virginia Olsen, ni la Modigliani, ni todas las modelos del mundo… Su chica, Noelia Abad, tenía el cuerpo perfecto.
Noelia empezó a desabrocharle la camisa a Benito, y más tarde, él haría la misión imposible de quitarle a ella el sujetador.
Poco a poco fueron desnudándose y posteriormente comenzaron con los preliminares, todo un descubrimiento para Benito. Su excitación era tal, que tuvo que recordar el consejo que una vez le habían dado sus amigos Jota y Mustang: “piensa en la lista de la compra, en tu madre o en Lucas”.
Mientras Benito pensaba en tomates, lechugas y pimientos, Noelia comenzó a posicionarse.
Hicieron el amor durante aproximadamente una hora y ambos llegaron al clímax.
Agotada, Noelia se tumbó al lado de Benito y le abrazó.
- Te quiero.
- Y yo a ti, princesa.
Unos minutos más tarde, ambos se quedaron dormidos abrazados el uno al otro.

CONTINUARÁ.

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